Te veo ahí, apacible, calma, sin expresión alguna en el rostro donde antes se dibujaban interminables sonrisas. Pero sé que en tu interior hay tormenta, enfrentamiento, soledad y frustración. Un viento intempestivo que te arrastra al abismo donde sólo existe oscuridad y desolación.
Sé que te encierras a derramar lágrimas; a ver correr la sangre por tu piel cuando te flagelas. Me acerco, te alejas. Intento hablarte y no obtengo respuesta. ¿Qué hacer, cómo actuar, a quién recurrir? No lo sé, pero sólo quiero hacerte ver que no estás sola.
Tengo miedo de perderte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario